-Por
favor señor concédeme este deseo.
Día
tras día le pedía a dios el mismo deseo, día tras día no me era concedido, pero
por fin hoy vería cumplido mi sueño.
-Que
asco de vida, mañana será lunes otra vez y mi vida monótona seguirá su curso-dije
en voz alta.
Mientras
seguía lamentándome sonó el teléfono, lo cogí rápidamente quizás fueran buenas
noticias.
-Juan
al habla dígame.
-Su
deseo está en camino-no dijo nada más y colgó.
Mi
cara era un poema, se podría decir que acababan de asustarme, ¿quien había llamado?, ¿Cómo sabia lo de mi deseo?
-Todo
esto es muy raro, estoy seguro que se trata de alguna broma, es imposible que
alguien sepa de mi deseo, no se lo he contado a nadie, debo tranquilizarme y no
pensar más en ello-me dije luego decidí estirarme en el sofá para dormir un
poco.
Morfeo
no tardo mucho en venir a por mí.
-Despierta
Juan y disfruta de tu deseo-la misma voz que me había hablado por teléfono me
despertó.
Abrí
los ojos, mi deseo había sido cumplido, ya no tendría que volver a ir a trabajar,
a los gatos no les hace falta.
Un
extraño personaje que carecía de rostro me tenía en sus brazos.
-Disfruta
de tu deseo-no dijo nada mas luego me dejo en el suelo y se fue.
-Miauuuuu-dije
yo.
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