-Por
favor, ven con nosotros-mi familia, me rogó por última vez, que subiera a la
nave con ellos, pero sus suplicas fueron en vano, no estaba dispuesto a
abandonar mi hogar, mi planeta.
Mientras
observaba como las ultimas naves se marchaban, pronto me di cuenta, que me
acababa de convertir, en el ultimo ser vivo del planeta.
-Le
prometí a mi padre, que nunca abandonaría el planeta, se lo prometí- repetía
sin cesar, mirando una foto vieja de él.
Mi
mundo estaba moribundo, los invasores habían envenenado la atmósfera acabando
con toda forma de vida, obligándonos a llevar permanentemente, mascaras de gas,
para no acabar pereciendo.
-Pronto
llegaran, y para su sorpresa, solo me encontraran a mi, habrá valido la pena
quedarse, para poder verles la cara-dije esbozando una leve sonrisa.
Me
senté en el suelo esperándoles, quería que me encontraran, necesitaba
demostrarles, que yo, no les tenía miedo.
Pronto
pude ver cumplido mi deseo, una pequeña nave, aterrizo a tan solo 100 metros de
donde yo me encontraba, me levante y grite fuertemente todo tipo de improperios,
que ni siquiera creí que pudieran entender, aun así, los gritos surgieron su efecto,
la puerta de la nave se abrió, dos seres armados salieron, y al oír mis gritos,
se dirigieron rápidamente hacia mí.
Los
dos seres pronto llegaron a donde yo estaba, sin mediar palabra me dispararon, sesgando mi
vida.
-Alex,
comprueba si está muerto.
Alex,
se acerca al extraño ser y confirma su muerte.
-Está muerto Héctor.
-Si
es así, volvamos a la nave, y sigamos buscando a más de estos seres, las órdenes
son exterminarlos a todos.
Los
dos soldados vuelven a la nave, deben seguir con su misión, acabar con todo ser
vivo del planeta, y luego, regresar
a la Tierra
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